En el lustro del atentado del 11 de septiembre, fueron expuestas todas las teorías posibles sobre las causas y consecuencias de estos atentados. La posibilidad de que todo sea producto de grandes conspiraciones, siempre vende.
La teoría más escuchada es la que indica que fue la propia Administración Bush la que estuvo detrás del atentado con el objetivo de crear una excusa para intervenir en Oriente Medio y apropiarse de las reservas de petróleo. Una hipótesis que no tiene ningún sustento.
Hay consenso general de que fue Al Qaeda la única responsable del atentado. El propio Bin Laden lo explicó en uno de sus habituales videos en el 2004 . Esa es la misma conclusión de la comisión del Congreso estadounidense que investigó lo sucedido y tuvo acceso a los documentos secretos.
La segunda teoría más escuchada es que Bin Laden fue inventado por la CIA. Otra versión que tiene poca credibilidad. Si en los 80 el millonario saudita y los otros comandantes que combatían al Ejército soviético en Afganistán recibieron entrenamiento y dinero de la CIA, Bin Laden organizó la red de combatientes extranjeros con sus propios recursos y métodos. Lo increíble es que la CIA no le puso atención a Bin Laden hasta 1996 cuando ensambla la primera unidad de investigación sobre el saudita y Al Qaeda.
La tercer teoría errónea es la que habla de un Bin Laden al que la Administración Bush deja hacer porque le conviene a sus intereses. Si el presidente Bush pudiera mostrar a Bin Laden vivo o muerto sería una victoria incomparable. Lo cierto es que el jefe terrorista se oculta en una zona que conoce como nadie en la cordillera del Hindu Kush, que se mueve constantemente y que no utiliza ninguno de los elementos modernos de comunicación con los que los agentes estadounidenses podrían localizarlo. La última hipótesis sobre su paradero es que se trasladó hacia el norte y está en el área del Chitral, en la alta montaña cercana a la frontera con China. Y puede vivir allí porque lleva años entrenando en las técnicas más duras de la supervivencia.
Y el misterio más interesante a resolver alrededor del 11-S es el verdadero papel que jugó Khalid Sheik Mohammed, el hombre considerado por todas las fuentes como el "cerebro" que ideó el plan de hacer estallar aviones contra las Torres Gemelas. Este hombre que había sido apresado hace años en la ciudad paquistaní de Rawalpindi, permanecía como un "desaparecido" en manos de la CIA. Ese día el presidente Bush admitió por primera vez que Estados Unidos mantiene cárceles clandestinas alrededor del mundo y que 14 de los detenidos en estos centros clandestinos serían trasladados al campo de Guantánamo. En la lista, aparece en primer lugar el nombre de Khalid. Bush dijo que estos hombres serían transferidos porque ya habían entregado toda la información importante a los interrogadores de la CIA.
Una vez más, vemos como los medios de comunicación, además de ofrecer información, ocultan gran parte de ella, casualmente relacionada con los grandes mandatarios del planeta.
